Millones de estadounidenses amanecieron el domingo sin acceso a TikTok, tras la implementación de una ley federal que obligó a Apple y Google a retirar la popular aplicación de videos de sus tiendas digitales. Este inédito movimiento refleja preocupaciones de seguridad nacional en torno a ByteDance, la compañía matriz china de la plataforma.
El presidente electo Donald Trump reaccionó rápidamente, anunciando en Truth Social que emitirá una orden ejecutiva el lunes, extendiendo por 90 días el plazo para que la prohibición entre en vigor. Además, propuso una solución inesperada: una empresa conjunta donde Estados Unidos mantendría el 50% de la propiedad de TikTok.
La medida, que cuenta con respaldo bipartidista desde su aprobación en abril, requería que ByteDance se desvinculara de las operaciones estadounidenses de TikTok antes del domingo. Usuarios afectados recibieron un mensaje emergente que decía: “Una ley que prohíbe TikTok ha sido promulgada en Estados Unidos”.
El CEO de TikTok, Shou Chew, expresó su agradecimiento hacia Trump por buscar una solución, mientras propuestas de compra emergen, incluyendo una de Perplexity AI y otra liderada por Kevin O'Leary, inversor de "Shark Tank". Sin embargo, la Corte Suprema respaldó la ley, argumentando que los riesgos de seguridad nacional superan las preocupaciones sobre libertad de expresión.
El empresario Elon Musk también intervino, destacando que la balanza no está equilibrada, ya que en China se prohíbe el funcionamiento de X.com (anteriormente Twitter), mientras que Estados Unidos elimina TikTok por preocupaciones similares.
La controversia ha generado reacciones internacionales, con críticas desde China, donde TikTok no opera, siendo reemplazado por Douyin, una versión controlada por las estrictas normativas de censura del gobierno de Beijing.