Los grupos islamistas Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP) han causado estragos en Nigeria durante más de una década, dejando un saldo devastador de 350,000 personas fallecidas.
Ahora, un nuevo ataque en el estado de Borno ha cobrado la vida de al menos 40 agricultores y pescadores.
El ataque yihadista ocurrió cerca del asentamiento de Dumba, según informó Usman Tar, comisionado de información del estado. Las víctimas, al parecer, abandonaron la zona segura establecida por el gobierno y el ejército, exponiéndose a áreas aún ocupadas por insurgentes y plagadas de minas terrestres. Muchos residentes huyeron y aún no han sido localizados.
El conflicto, impulsado por el intento de imponer la ley Sharia, ha obligado a más de dos millones de personas a abandonar sus hogares. Ataques como el reciente y otros, como el de septiembre pasado donde 100 personas murieron en el estado de Yobe, reflejan la brutalidad persistente en esta región del país más poblado de África.