Terremoto y conflicto en Myanmar (Birmania): Continúan los ataques militares pese al alto el fuego

 


A pesar de la devastación provocada por un terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar (Birmania) el 28 de marzo, las fuerzas militares del país han mantenido operaciones ofensivas, incluidas incursiones aéreas, violando el alto el fuego anunciado el 2 de abril. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha registrado al menos 61 ataques desde el sismo, 16 de ellos ocurridos después de la entrada en vigor del supuesto cese al fuego.

El Alto Comisionado, Volker Türk, pidió el cese inmediato de las hostilidades y que se priorice la asistencia a los damnificados. “Espero que esta tragedia se convierta en un punto de inflexión hacia una solución política inclusiva para Myanmar”, declaró.

Crisis humanitaria agravada por ataques

La región central del país, incluyendo Mandalay, Nay Pyi Taw, Bago, Magway y los estados de Shan oriental y meridional, ha sido severamente afectada. Según la OMS, la interrupción del suministro de agua y electricidad ha complicado el acceso a servicios de salud y ha elevado el riesgo de brotes de enfermedades.

La ONU ha entregado casi 100 toneladas de suministros médicos y tiendas de campaña. Se estima que casi 12,9 millones de personas necesitan ayuda urgente. El ACNUR lanzó un llamado de 16 millones de dólares para apoyar a 1,2 millones de sobrevivientes, mientras que el Comité Internacional de la Cruz Roja alertó que un cuarto de las zonas afectadas no están bajo control gubernamental, lo que limita el acceso.

Nuevas tácticas de combate

El Ejército de Myanmar (Tatmadaw) ha utilizado tácticas inusuales, como parapentes motorizados para lanzar bombas sobre áreas civiles. James Rodehaver, de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, explicó que esta estrategia utiliza parapentes con ventiladores montados que permiten un vuelo silencioso sobre comunidades vulnerables.

A pesar de que grupos de la oposición declararon una tregua para facilitar el ingreso de ayuda humanitaria, los ataques del Ejército continúan, agravando el sufrimiento de una población ya golpeada por el desastre natural.



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