Washington, 22 de mayo de 2025 — La Administración de Donald Trump ha revocado la autorización de la Universidad de Harvard para matricular nuevos estudiantes internacionales, en una escalada sin precedentes de su ofensiva ideológica contra la prestigiosa institución educativa.
La medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), también amenaza con retirar el estatus legal a los casi 6.800 alumnos extranjeros que actualmente cursan estudios en Harvard, cerca del 27% del alumnado total. Según la secretaria del DHS, Kristi Noem, esta decisión tiene efecto inmediato y exige a la universidad entregar en 72 horas información sobre estudiantes implicados en protestas, incluyendo grabaciones que permitan identificarlos.
La revocación forma parte de una serie de acciones del Gobierno republicano contra Harvard, que ya ha sido objeto de la congelación de más de 2.200 millones de dólares en fondos federales y la amenaza de perder su exención fiscal. Además, la Casa Blanca ha acusado a la universidad de “colaborar con el Partido Comunista Chino” y de promover “violencia, antisemitismo y agendas woke” en su campus.
Harvard respondió calificando la medida de “ilegal” y de “represalia política”, reafirmando su compromiso con la diversidad académica y la defensa de su comunidad internacional, compuesta por estudiantes de más de 140 países. “Estamos plenamente comprometidos con mantener la capacidad de Harvard de acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que enriquecen enormemente a la universidad y al país”, afirmó un portavoz.
Las tensiones comenzaron a mediados de abril, cuando el DHS exigió a Harvard datos confidenciales sobre sus alumnos extranjeros. La negativa de la universidad a cooperar desencadenó la actual sanción. El presidente de Harvard, Alan Garber, denunció entonces que las exigencias gubernamentales ponían en peligro la libertad académica y advertían de un intento directo del Ejecutivo por controlar el pensamiento intelectual dentro del campus.
Desde marzo, estudiantes y profesores han protagonizado protestas dentro y fuera del recinto universitario en defensa de la autonomía de la institución. Las manifestaciones se intensificaron tras conocerse los recortes y amenazas del Gobierno, en medio de una creciente tensión por las protestas propalestinas en universidades de todo el país, que Trump ha usado como argumento para justificar expulsiones y deportaciones de estudiantes internacionales.
Se espera que Harvard lleve el caso ante los tribunales, lo que podría abrir un nuevo capítulo en la batalla legal entre el mundo académico y una Casa Blanca que ve en las universidades bastiones de oposición ideológica.